domingo, 21 de diciembre de 2008

Lo inevitable

En estas fechas navideñas quiero haceros llegar, junto a mi hermana Hildegard y a toda mi Familia, que afortunadamente descansa en paz, nuestro mayor afecto y mejores deseos para estas Fiestas y para el Año Nuevo dos mil y pico que esperamos, de corazón, lleno de paz, de alegría y de bienestar, para todos y cada uno de vosotros.
Ya está, esto es todo. Lo bueno que tiene el copy paste de Word es que uno va a la página de la Casa Real y ya tiene solucionada la papeleta esa. Por cierto que he visto las felicitaciones de este año y parece el casting del Pueblo de los malditos con tantos niños perfectamente rubios. ¿Serán así o será otro de los experimentos de nuestra Soberana con PhotoShop?
Este año tampoco pagaré los atrasos a nuestras eficaces gemelas Etelvina y Evelia, que a sus ochenta y dos años y sin descendencia demostrable ya no los necesitan. Eso sí os hago entrega un año más del premio Cofia de puntilla a las mejores doncellas de la casa de Abelardo.
Esto que ven en la esquina del sofá no es el árbol de Navidad, es nuestra amiga Beverly High Hills que se ha puesto sus aderezos para venir a desearnos sus cosas desde el supramundo. A ella, que ha muerto en los años ochenta, le encanta celebrar cosas y se encuentra en su salsa en estas fiestas. Lo que ven a su lado no es ni la mula ni el buey, es nuestra amiga Carolina Jesusa que siempre nos acompaña y a la que satanás no ha dotado de belleza pero si de una maldad que la ha convertido en lo que es: una mujer con mucho dinero.
Nuestro árbol era muy bonito pero hemos decidido caldear el salón un poco porque esta ola de frío no tiene piedad y entra igual en casas que en palacios. Tampoco serviremos turrón porque nuestras visitas suelen ser mayores y las que no llevan dentadura postiza tienen diabetes o ambas cosas y porque nosotros no somos muy de almendras. Hemos decidido agasajarles con pastas de delicadísima emulsión de lentejas con aroma de fuet, cinamomo en rama y un finísimo garrapiñado de azúcar blanquilla tostada al fuego de hojarasca recogida en El Retiro.
Para variar tampoco servimos el característico Moët & Chandom Dom Pérignon, lo hemos sustituido por un burbujeante Vichy Catalán para demostrar que no tenemos nada contra los nacionalismos. No ven lucecitas porque el gasto energético acelera el cambio climático y además cansa la vista y el buen gusto.
¡Arroba!¡Cariño, ven aquí con papá!¡Arriba, Arroba!¡Alejóp!
No, cielo, no ladres más, Hidegard no va a felicitar este año con nosotros porque está castigada encerrada en el sótano hasta que pida perdón por lo que hizo, que como se entere la policía la van a llevar a Yeserías a estudiar jergas y argots un par de años.
Bien, pues con mi perrita Arroba en brazos, les deseo que este año puedan pagar ustedes sus facturas y que si no lo hacen ese horrible caballero de la chistera no les persiga como lo hace conmigo.
Les recordamos que hay un número de cuenta en el que pueden ingresar sus donativos para el programa que inauguramos este año y que se llama “apadrine a un noble”. Muchos son los que sufren por no poder brillar con la magnificencia de otros tiempos y por estar impedidos psicológicamente para el trabajo. ¿Imagina el sufrimiento del quiero y no puedo? Ahora usted puede ayudar a mitigar el dolor sin tener que acudir a países del tercer mundo temiendo que sus preciados ahorros sean malversados por desaprensivos. Nuestros nobles es situación precaria son parte de nuestro pasado glorioso que no puede ni debe olvidarse. Venga a nuestro salón y así sabrá de primera mano quien malgastará eso que usted puede ofrecer.
Por favor no levanten sus copas, que brindar con Vichy trae mala suerte. Le deseamos también a Coral que este año 2009 en la final de Eurovisión no tenga que poner esa cara tan dramática al descubrir que hay gente que no respeta cosas tan importantes y llenas de significado como los concursos internacionales de canciones.
¡Feliz lo que quieran!

sábado, 13 de diciembre de 2008

Volver

Para los que no lo sepan acabo de llegar de una visita a casa de una amiga Losangelense que tiene todo el dinero y todos los amigos necesarios para no necesitar llevar ni monedero ni si tan siquiera teléfono. Ella lleva tacones de aguja y con ellos dice que fue al infierno y ascendió al tercer día como si tal cosa.
Mi amiga Beverly High Hills es una muñeca, tiene la piel como de goma y los pechos de viscolatex , se ha implantado pelo de rayón y poliamida de un sedoso platino inhumano y parpadea a cada tres minutos y eso con gran esfuerzo. Altísima, monísima, riquísima, simpatiquísima.
Ha descubierto que el secreto de la felicidad es desaprender así que ya no sabe nada y cuando te ve se alegra tanto como un perrillo, porque como diría ese famoso encantador de perros ella vive en el presente, así que ni conoce el rencor, ni la nostalgia. Si le estropeas un vestido te manda matar, como le pasó a un conocido nuestro y luego ya no te recuerda.
El caso es que se le ocurrió hacer una fiesta para celebrar la instalación de las nuevas cortinas y me llamó para que le aportara elegantes ideas de la vieja Europa.
Desde allí me he dado cuenta de que la vieja Europa se ha hecho un lifting y que Norteamérica está llena de cosas viejas, cosas nuevas inspiradas en cosas viejas, cosas que nunca fueron nuevas y personas que atesoran cosas.
Yo creía que me encontraría en una película de Doris Day con una especie de Jackie Kennedy y me encontré en Blade Runner de la mano de Michael Jackson. Todo igual pero chorreando mugre y con luminosos en chino y en español. El país está que se cae pero eso sí, a la fiesta no faltó nada ni nadie: estaban los que fueron, los que son, los que quieren ser y los que van a ser dentro de nada.
Mi amiga parecía Tippi Hedren en los pájaros, espantando a manotazos a directores, productores, inversores… todo el mundo quiere algo de la pobre Beverly y ella se ríe y dice ¿por qué me piden a mí si yo soy una pobre de espíritu que sólo tengo glamour?
Su padre le dejó una inmensa fortuna que amasó montando tres de cada dos superficies comerciales en Norteamérica, el llamado Rey del Mall, lamentablemente en inglés no tiene ningún sentido demoníaco. Ella se casó tantas veces y tan bien que convirtió su inmensa fortuna en indecente: nadie se pinta las uñas en el planeta sin darle a ella unos centavos y hay mucha gente que tiene al menos veinte dedos que pintar una vez a la semana, esto se lo debe a su primer divorcio. Heredó de su segundo esposo una conocida marca de bebida de cola y el tercero le concedió el usufructo de uno pozos de petróleo a cambio de que se callara algo que escuchó una noche al presidente de su gobierno cuando ya se había tomado varias copas.
La decoración era excesiva y de pésimos gustos, porque aquello era obra de varias mentes enfermas, tal y como uno se espera de una mujer como ella. Se paseaba entre vestigios de todas las culturas, desde las mas antiguas hasta las más neopostransgresoras, en aquello que es un castillo museo con un bunker que no se podía visitar y en el que se dice que hay espacio y comida para 2000 personas para 20 años, tres Spa, cancha de tenis, un taller de alta costura preparado para vestirla a ella durante trescientos años y por supuesto una bóveda de rayos UVA atrezzada como una paradisíaca playa..
Lo único malo es que no pude dormir ni un solo día porque me colocó en una habitación con una fuente de mármol rosa con ángeles dorados intentando domar cebras que saltan con gesto agónico. Hacía un ruido ensordecedor, además la lámpara de pinchos amarillos y negros de cristal de Murano me daba miedo.
Un periodista le preguntó si sabía que con el presupuesto de la fiesta podría hacer que toda África tuviera pozos de agua y ella le contestó que era muchísimo mejor tenerla en botellas.
Hay fiestas a las que no se puede faltar.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Abelardo en el país de las maravillas.

El caso es que me tengo que ausentar tres semanas porque voy visitar a mi querida amiga, tantas veces vituperada por la prensa, Beverly High Hills, que, para quien no la conozca, es una rica heredera de un emporio de centros comerciales y que lleva muerta ni se sabe cuánto tiempo, pero a la que la hábil cirugía plástica de Hollywood mantiene como una rosa de esas que venden en los chinos.
En realidad voy a ayudarla a preparar una recepción en su casa a la que están invitadas varias personalidades del mundo de las ciencias y las artes, algunas de la nobleza incluida una despeinada Grande de España , altos mandos del Vaticano y alguna que otra estrella del terrorismo internacional.
Yo la verdad es que no sé para qué se mete en estos contubernios con lo bien que estaba ella cooperando con alguna causa de esas en las que viajas y te sacas fotos con desdichados que sonríen mucho. Siempre puedes vender los derechos de tu documental a una televisión pública y hasta sacar un libro que se venda en el VIPS con un DVD en el que se diga que los beneficios del libro son para la causa y se calle que los del DVD son para ti.
Pero no, nuestra querida Beverly tiene pruritos culturales y ha decidido dar una fiesta por todo lo alto con motivo de la reciente instalación de cortinas nuevas en toda la casa. Todo un motivo, si se tiene en cuenta que se han empleado catorce kilómetros de tafetán de seda rosa chicle tejidos por niños de la India y que los arquitectos han tenido que reforzar los cimientos de la casa para poder soportar los visillos de Swarovski y las toneladas de puntillas de Chantillí y de encaje de Bruselas. Cuando me enseñó la invitación y vi que el tono salmón del papel y el estilo desenfadado del texto, que incluía expresiones como “mola que te cagas” no la ayudarían en su empresa, decidí que ya era hora que mi familia hiciera algo por alguien después de generaciones y generaciones de vagos, de parásitos, inútiles y hasta alguna modelo.
Ya me he arrepentido, pero ya es tarde: ha salido en el Vanity Fair cargada de perlas y diamantes y ya me ha mencionado como “el gran artífice”. Presiento un fracaso comparable al de la Armada Invencible.
El lunes que viene ha organizado una mini party brain storm con sus amigas Lindsay, Paris y Amy, y no quiero imaginarme la galerna de absurdeces que voy a tener que escuchar hasta que caigan las cuatro en coma. Lo malo de no drogarse es la vergüenza ajena que uno pasa.
Tengo que confesar, no obstante, que me atrae la idea de potenciar esa catedral del kitsch que es su casa. Porque ni siquiera un incendio conseguiría hacerla parecer un lugar elegante con todas esas alimañas disecadas, tanto pan de oro revistiendo la columnata de la piscina roja con forma de corazón y sobre todo con esa delirante escalinata con su augusta balaustrada penes de mármol. Iluminen esto con elefantes de cristal de Murano y tendrán una imagen exacta de lo que hace un decorador que cobra millones de dólares por firmar los caprichos de una multimillonaria norteamericana.
Todas las barbaridades que se me ocurren me parecen poco. Pensaba que quizá todos los atléticos camareros deberían ir apenas vestidos y completamente cubiertos de purpurina dorada a modo de esculturas egipcias del Hollywood de Cecil B. DeMille y ninfas con desnudos pechos de silicona blanqueados con polvos de arroz y tocados en el pelo de cristales Tiffannis con un aire absolutamente decó que se deslicen audaces portando níveas gasas haciendo referencia a esa maravillosa aportación a la danza moderna que fue Isadora Duncan. No sé, algo que de aberrante llegue a ser hermoso y que se funda con ese surrealismo abigarrado y pretencioso de la casa de nuestra amiga.
¿Tiene usted quizá alguna idea fantástica que pueda salvar a este condenado Titanic que seré en poco tiempo?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

SE TRASPASA MARIDO TOTALMENTE EQUIPADO

Otra amiga me ha llamado para contarme su malestar matrimonial. Esto es, sin duda, algo endémico o es que quizá felicidad conyugal son términos antitéticos en el mundo entero y no sólo en este pequeño universo nuevo.
Otro divorcio, son tan repetitivos como las cenas de nochebuena. Ya ni siquiera los pequeños detalles escabrosos son entretenidos, después de que un caballero de los de pechera almidonada de toda la vida le robara a su ex mujer una batería de cocina y un edredón y le pidiera un rescate de cuatrocientos euros por su sofá, ya nadie me puede impresionar.
La gente no tiene ideas para crear nuevos negocios. Creo que se impone un servicio de intermediarios para que eviten esos penosos trances de una forma un poco más elegante que un “ya no te quiero como te quería, aún somos jóvenes y te mereces otra oportunidad, eres maravillosa al principio lo pasarás mal pero encontrarás a alguien” .

Imaginaos que una señorita con un elegante traje de chaqueta gris que llama a vuestra puerta y os dice que vuestra relación se ha terminado, que no busquéis explicaciones porque acabaríais arrastrados por el lodo y con todas las de perder, que ella conoce todos los detalles y juzga totalmente irrelevante revelarlos.

¿Un vaso de agua? Su flamante ex le comunica que los muebles se los puede quedar pero que tiene que pagar la mitad del 32 por ciento del valor original que es lo que corresponde una vez aplicada la depreciación de los enseres domésticos.
Tome asiento si lo necesita. Queda con derecho a contarle a los amigos del club de golf todo lo que desee inventar pero que a Txomintxu y a Leire ni les llame porque se han hecho amigos del nuevo sustituto -si, hay un nuevo sustituto- y ya han contado que ronca usted y se han reído todos como una manada de hienas. Su exmujer es consciente de que son unos mierdas pero Txomintxu es su jefe y no su amigo de usted.
¿Kleenex?. No se ponga así, no es inaudito, le sorprendería la cantidad de casos como este que atiendo todos los días. Si lo prefiere puedo prescindir del "usted" para que me sienta más cercana; para que usted me sienta más cercana a usted, me refiero; yo no necesito sentirme cercana a nadie. Pues eso: que tu suegra ya ha borrado tu número del móvil y no le importa que pienses que es una desagradecida por todo lo que hiciste por ella cuando estuvo ingresada. Ante todo es una madre y le importa la felicidad de su hija. Le resbala que no la cuide nadie cuando vuelva a estar hospitalizada.
Vamos ahora a lo más engorroso, que seguro que es lo que más te preocupa : el sustituto.
No tienes ningún derecho a preguntas como ¿quien? ¿cómo? y ¿por qué? si lo hubieras tenido te lo habría preguntado en su día. No nos olvidemos de que la que en otro tiempo fue tu esposa te ha querido mucho hasta hace tres años, tiempo en el cual no te conviene indagar lo que ha pasado. Esto lo he consultado con un psicólogo y me ha firmado este papel que dice que para tu recuperación es mejor que no personifiques ni generes imágenes mentales que te perseguirían el resto de tu vida. Aquí te lo dejo para que lo estudies. Además se atreve a aventurar que tu próxima pareja te agradecerá que no pases por esto para que no le persigas con gafas de sol y sombrero. Además te recomienda “Se nos rompió el amor de tanto usarlo” cantado por Jurado durante el primer mes antes de acostarse y por las mañanas “Libre “de Nino Bravo.
No te preocupes del qué dirán. Ya hemos enviado una notificación a todos vuestros amigos comunes y a los que tenías en la guía de tu teléfono para que no te pregunten inconveniencias. Aquí te dejo una copia.
Para que no te aferres a las pequeñeces y volver a verla con la creencia de que lo vuestro tiene vuelta atrás o que le harás decírtelo mirándote a los ojos, lo que sin duda no le costaría nada, nuestro gabinete, asistido por un juez experto en mediaciones, ha dispuesto que el perro es tuyo y si no lo quiere lo puede poner a dormir, perdone, a veces se me escapa; si no lo quieres lo puedes poner a dormir, en este caso ella correría con los gastos de la eutanasia y cremación. El coche ya tiene el seguro puesto a tu nombre a fecha de ayer. Personalmente te recomiendo tomar lexatín, ayuda a superarlo, pero consulta con tu médico si es que tienes que manejar maquinaria pesada.
Un detalle importante. Está dispuesta a compensarte en seis meses si no le das ni un solo problema a partir de hoy con un lifting o unos implantes capilares. No lo tomes como un insulto que hasta nosotros, al gabinete me refiero, estamos sorprendidos por este gesto.
Ah, no te molestes en llamar, tiene un número nuevo, todas las dudas te las resolveré yo de lunes a viernes entre seis y siete de la tarde, el servicio de urgencias lo pagas tú a cero seis céntimos el minuto con tres euros de establecimiento de llamada.
Tienes opción a dar una rueda de prensa para todos tus amigos y compañeros de trabajo sin cargo adicional en uno de nuestros salones.

Cuánta ordinariez y telenoveleo nos evitaríamos, y cuánto teléfono. Y cuántas horas de volver a escuchar eso de “no te vas a creer lo que me ha dicho”.
Si definitivamente la vida moderna exige nuevas profesiones.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Regreso al futuro

Ayer por la tarde pasé a buscar a una conocida amiga mía con un apellido muy largo y lleno de conjunciones y preposiciones que no consiguen ocultar que los buenos tiempos los conserva en fotografías en blanco y negro.
Su chalé de Somosaguas fue grande y moderno. Ahora es grande, yo diría que hasta más aún porque la dejadez hace notar que el precio de las reparaciones es impensable.
Ella estaba a medio preparar, así que la muchacha, indudablemente una inmigrante ilegal, con un gesto malhumorado que hacía presentir menos de cinco euros la hora, me arrojó al salón.
Los sesenta fueron tiempos de experimentación estética y como suele suceder en la historia sólo se recuerdan los éxitos. En casa de mi amiga no había ninguno, aunque de haberlo habido sería imposible apreciarlo en aquel entorno tan grandilocuente en el que mesas de metacrilato y oro de los ochenta se arrimaban a sofás de ajado escay claramente ultramodernos en los setenta. Se notaba que el tiempo y afán de consumo de los últimos gritos se había parado a mediados de los noventa, fecha en la que debían de haber comprado aquella grandísima televisión en torno a la cual se habían reorganizado los sofás dejando de esta forma la chimenea de futurismo de serie B olvidada en un rincón ahora incomprensible.
Los tres ambientes a tres niveles de la gran sala se unificaban allá en las alturas con un techo con esculturas de algún artista cuyo nombre no creo que haya llegado más allá de su lápida. No eran figurativas, aunque quizá lo hubieran pretendido porque algo en ellas recordaba a las rocas sucias de brea y aceite que se ven en los puertos.
Al respirar noté que de mi boca salía vaho y entonces reparé en que ni me había quitado los guantes, ni tan siquiera desabrochado el abrigo.
El suelo llamó mi atención, las maderas combadas habían perdido el barniz por algunos sitios y algunos cantos se levantaban peligrosamente. Pisé uno de ellos y la casa entera se estremeció en un crujido de galeón que se hunde.
Junto a una librería con una colección totalmente virgen de clásicos universales destacaba una escribanía de caoba de proporciones colosales hábilmente tallada con columnas salomónicas, pináculos y caras de conquistadores. Una pieza verdaderamente notable que no tenía nada que ver con los otros vestigios del pasado.

- Es un armario de los secretos, dijo mi amiga, y es bueno, pero bueno de verdad, como que era del abuelo de Víctor, que por la pinta debía de vivir en un castillo. Está lleno de compartimentos para guardar cosas. A mí me encanta.

Le sugerí que lo revisara bien, que quizá habría alguna cosa de valor sin descubrir. Entonces vinieron a mi mente una sarta de bromas crueles sobre cómo invertir lo que le dieran por ello, y un viento frío recorrió mi nuca dejándome sin palabras. Pudo haber sido el fantasma del abuelo o que las ventanas oxidadas no cerraban bien, el caso es que no dije nada.

-Vámonos ya, que están a punto de llegar los de la serie esa de televisión. Si hombre, ese pestiño socialista sobre el franquismo. Bueno, bueno, no sabes lo que te pagan por un día de rodaje, y si tienes la suerte de que rompen algo les pides lo que quieras. Si te parece les doy tu teléfono que seguro que tu casa les sirve para una peli de terror.

miércoles, 29 de octubre de 2008

De entre los muertos

Hoy me encargaré yo misma de comprar las flores, dijo mi amiga Elvira en 1985 y no volví a saber nada de ella hasta ayer por la tarde.
Hay hombres que van a comprar tabaco y nunca vuelven, mi amiga nunca fumó nada que se vendiera en los estancos. Así que desde aquel año su familia no miró los puestos de floristas con esa expresión atontada que suele tener la gente cuando pasa junto a ellos; esa mirada que habla de visitas de hospital, enamorados y lápidas.
La droga se llevó a muchos, otros se fueron por el sida, pero sólo Elvira desapareció por las flores.
El caso es que ayer cuando me tropecé con aquella señora aún joven y vestida de mujer a la que no le importa lo que se pone no la reconocí y cuando me preguntó si no era yo Abelardo no atiné a pensar más que debía de tratarse de una turbia amistad mía de los tiempos del derroche y las tiranías de la mala vida. Una vez aclarada la situación me explicó que su madre no le dirigía la palabra porque una cosa es entrar en las fiestas sin ser invitado y otra presentarse en la vida sin avisar.
Veinte años no dan para nada, según ella, sobre todo si uno se dedica a drogarse y a convertirse en un vademecum de enfermedades venéreas. Todos los países, todos los hombres: los que pagaban y los que cobraban, todas las mujeres: las más estúpidamente caprichosas, las más oscuras viciosas y hasta alguna santa no habían servido para que mi amiga dejara de aburrirse allí donde estuviera. Decidió volver a ser Elvira veinte años más tarde de la misma manera que Lola Herrera decidió volver a meter a Mario en el cajón para atormentarlo con insultos e inconveniencias cuando el pobre hacía mucho que descansaba en paz.
Después de contarme tantas cosas en apariencia irreconciliables, tanto que no sé qué habrá sido verdad y qué se habrá inventado, me contestó a mi pregunta: ¿ A qué has vuelto?
- Quiero saber cómo habría sido mi vida si me hubiera quedado.
Y lo dijo serenamente mientras encendía un cigarrillo, con menos emoción de la que pone un dentista al avisarte de que tienes una caries. Me miró y me sentí radiografiado y juzgado silenciosamente. La sentencia fue claramente condenatoria. Se levantó y añadió a modo de despedida:
- Deberías de pensar en qué podrías haberte convertido si te hubieras ido.
No pagó el café. Hay cosas, que muy a su pesar, no ha podido cambiar.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Meditación

Una de las cosas buenas de ir a la peluquería es que uno puede leer revistas del corazón impunemente. Así que yo voy todos los meses a una muy concurrida en la que te hacen esperar lo suficiente como para que te las leas todas y arranques, si es preciso las páginas en las que se habla de tus amistades. Me gusta coleccionar esos pequeños fragmentos de la realidad de los otros, con el tiempo hago eso que tanto duele y que es decirle a alguien que en el Hola del 15 de junio del 83 sostenía otra cosa muy distinta: que su marido era un gran amante y un hombre generoso, aunque todos sepamos aquello de que a un hombre no se le conoce hasta que una se divorcia de él.
Así que entre vapores de tinte, esmalte de uñas, secadores y la cháchara de las peluqueras nadie notó los pequeños grititos que profería cada vez que me encontraba alguna de sus fotos, porque queridas mías allí estabais mis adoradas Beverly y la siempre tan natural Carolina Jesusa. Se ve que a esa gala benéfica sólo van las nuevas ricas sin estilo o las pobres de siempre con poca vergüenza.
Estuve tomando notas de las cosas que pude ver que quizá os ayudaran a salir mejor paradas en otra ocasión.
A las fiestas benéficas no se lleva la diadema de brillantes. Eso va por las dos, que parecíais el chino ese que va por la noche por los bares con una tiara de luces.
Carolina, los tirantes de silicona son transparentes pero no invisibles, nunca, pero nunca, nunca te los pongas con un palabra de honor. Es más, ese palabra de honor quémalo y mándaselo en un sobre con la factura devuelta al que te lo vendió.
Beverly, amor mío, la decisión de ponerse unos pantalones para una cosa así es muy respetable. Las faldas no son obligatorias, eso si, si lo haces procura que el pantalón no sea más ajustado que las bragas. Por cierto, que consigas meterte en una talla 38 no significa que tu talla sea la 38, este equívoco puede ser muy peligroso con tejidos elásticos como el que llevabas. Y otra cosa, asegúrate de que antes de salir del hotel te ves en un espejo por la espalda, te sorprendería lo que los demás se encuentran de frente, especialmente los que te siguen cuando subes las escaleras.
Tomad estos amuletos que os entrego y cuando vayáis a vestiros leed la inscripción del dorso: lo feo si brilla dos veces feo.
Yo sé, queridas mías que parte de vuestro charm es que no os importa demasiado lo que se diga de vosotras, pero hacedlo por mí, porque me sentí tan abochornado que tuve que decir lo que pensaba en voz alta y ahora las peluqueras me tienen miedo.
Yo no entiendo como la gente puede pagar esos precios por estas revistas que hablan de la vida de personas que ni conoce ni comprende, cosas tan interesantes para ellos como para nosotros ver fotos de mi Cheslón comprando ropa interior.

jueves, 9 de octubre de 2008

Pobrecita Shahra.

Tooodo un regalo del cielo esta Moxie que nos envía Felicity. Tan detallista es la condesa ahora que está en la cárcel y no necesita asistente personal que me invita a la suya. Ya casi no queda gente con clase fuera de las cárceles, dentro de poco yo mismo estaré en alguna, espero que sea de cinco estrellas porque no podría soportar la idea de que me vinieran a visitar a uno de esos cuartos partidos con un cristal antibalas y un telefonillo, muevo demasiado las muñecas para poder hablar por un auricular de esos.
Espero que la Condesa tenga la suerte de que le lleven a Shahra a la misma penitenciaría, seguro que se lo pasarán fetén hablando de los buenos tiempos.
A la pobre Shahra la han pillado con todo el montante y lo peor no es que la metan seis años en la cárcel, es que le han encontrado el escondrijo donde tenía guardados todos sus tesoros.
Cuando abrí el periódico y leí “la aristócrata ladrona” pensé que era un retrato de un tipo de mujer muy común, pero casi caigo al suelo al seguir con el artículo y leer: Shahra Marsh compraba joyas, arte y ropa de Dior con cheques sin fondo .
Terrible, ya nadie está a salvo.
La pobrecilla creció rodeada de cosas carísimas y bellísimas y la caída del Sha Reza Pahlevi sumió a su familia en la ruina. Un matrimonio con un inglés y luego nada. Nada de nada, si la clase, el estilo y el saber estar de la desdichada Shahra se puede considerar nada.
Ella hizo lo único que podía hacer: seguir como si tal cosa y pagando con cheques sin fondos, como hacemos el resto. Y con ese perfecto francés, la ropa de alta costura y los pedruscos que lleva ella a diario a ver quien le dice que espere a llevarse el Monet de Sotheby’s porque tienen que formalizar el pago y arriesgarse a que ella les dijera que se lo metieran por la ranura negra.
Y la pobrecita mía no vendía nada, todo lo tenía guardado para mirarlo y volver a sentirse en su palacio de Teherán. Si es que es injusto y lo digo con las lentillas empañadas por la pena, que una mujer educada para el buen gusto, para lo que es bello y es bueno, sea juzgada y condenada como una ratera, como una vulgar choriza de baja estofa. No.¡No es justo, ni es honesto, y yo levanto mi atenorada voz para gritar: Fridum for Shahra Silvia Marsh de Savigny ( que es su nombre completo porque se lo completó ella). Fridum for ol de pipol dat nids de biuti for surbaibin!
Propongo que nos pongamos nuestros Armanis negros y nuestras Guchis de sol y sigamos comiendo pastelitos de estos que nos han traído hoy que están buenísimos, que los hacen las Carmelitas, o perras de Dios como dicen llamarse ellas, por lo de canis Dei, que por muy religioso que les suene no deja de parecer un grupo de rockeras del Matalascañas de los años ochenta.Buenísimos los pasteles, un poco pringosos, pero son una exquisitez, ¿no les parece?, miren estos empiñonados son bocati di cardinale.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Misterioso intento de asesinato en el salón de Abelardo.

Vuelvo a estar con todos ustedes tras días de convalecencia. Sólo uno de los convocados aquí hoy sabe el motivo que me retuvo allá arriba, postrado en mi cama. Cuando termine esta sesión todos debemos de tener la certeza de quien ha sido el que ha intentado asesinarme.
La última tarde, disertábamos tranquilamente sobre algunas naderías de vital importancia en ese preciso momento. Discutíamos invadidos por el usual fervor inapetente acerca de vacas, amoríos principescos, yardas de terciopelos rosas y cebras en Malibú, minimalismo, Feng shui… tomábamos café y pastelitos de toda confianza elaborados por esa tierna criatura que tengo encadenada en la cocina, cuando alguien sin que los demás nos diéramos cuenta sustituyó la cucharilla de plata de mi café por una de acero inoxidable.
No fue ni un error ni una casualidad, porque en esta casa ni hay ni ha habido jamás cucharillas de acero inoxidable. Quien fuera que la colocó en mi taza la trajo del exterior y no lo hizo sin una intención muy concreta: sabía a ciencia cierta que soy terriblemente alérgico a cualquier metal plebeyo, que mis empastes son de oro y hasta las griferías del baño son de platino; que siempre que salgo de casa llevo puestos mis guantes de cabritillo y que no me los quito hasta que no vuelvo a estar en mi seguro refugio. El o la culpable sabía perfectamente mis costumbres y que si bebía de aquella taza moriría irremisiblemente. Afortunadamente aquel impresentable amigo de Nati irrumpió en el salón balbuceando estupideces intentando buscarse un sitio en un lugar al que no pertenece ni ha pertenecido jamás y a mí, antes aún de haberle agradecido su propósito no expresado abiertamente de no volver por mi casa, se me cayó la taza al suelo quedándome con la cuchara en la mano.
Alergia de contacto por vía digital fue el diagnóstico del comité de sabios de bata blanca.
No estaré seguro hasta que no desenmascare al culpable y le haga pagar por ello, mi vida sigue en peligro, rodeado como estoy de objetos metálicos y con un Judas agazapado en la sombra. Quien sabe si me regalará un anillo de oro de imitación, o si colocará un pomo de bronce en alguna puerta. Vivo en una constante amenaza.

¿Beverly? No parece probable, no es lo suficientemente inteligente como para haberse dado cuenta de que no me gustaron sus cortinas y desde luego no intentaría matarme aunque sólo fuera por el placer de verme envejecer.
¿La Princesa de Ensidesa? Parecía demasiado ocupada en demostrarnos la inteligencia que no heredó de su madre como para ocuparse en nada más.
¿Máxima de Holanda? Demasiados escándalos para verse envuelta en un asesinato.
¿Sara Mandra? Quizá, parecía un poco afecta al Feng shui… tan parca en sus palabras…
¿Carolina Jesusa? Quizá podría querer llevar a la tumba a quien conoce los oscuros secretos de tan augusta dama cuando aún andaba con madreñas.
¿Lolabizz?¿puede pensar Lolabizz en algo que no sea en sí misma?
¿Mi propia hermana Hildegard? ¿Sería tan dulce y compasiva como para darme una muerte tan rápida?
¿Alguien vio algo? ¿Alguien puede aportar algo de luz a este misterio?
¿Qué estaban haciendo momentos antes de que yo cayera inconsciente? ¿ Qué hicieron cuando yo ya no pude verlos?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Más es más.

¿Menos es más? ¿Pero se puede saber a quien se le ocurrió semejante sandez? No hay duda de que vivimos en la era de la miseria disfrazada. La miseria nos asalta, nos persigue y nos convence de que tenemos que regalarlo todo para nada. Las casas cada día se parecen más a los conventos del siglo XVI y no es que yo tenga nada en contra de la vida austera, siempre y cuando no me pidan por ella una fortuna. La abundancia la restringe el médico para evitar la asfixia pero jamás los dictados de esos infames diseñadores industriales.
Quitamos los muebles y ponemos cajas, pero las cajas son absurdamente incómodas y sobre todo carísimas, tiramos una colchoneta en el suelo y lo llamamos futón, y las neomarujas se tiran a dormir en el pavimento, como perros callejeros.
Minimalismo, y además apostillan que todo queda tan limpio… como si en las casas decentes no se pasara un trapo porque no se nota. Encima nos llaman guarros.
La moda puede ser estúpida, pero los que la hacen no lo son. ¿Alguien se imagina cómo sería un Ikea Roccocó? Una ruina aunque sólo fuera en pan de oro.
No me van a convencer, que a mí me gustan los mamotretos de caoba elaborados por legiones de ebanistas que decoran con sus buriles la madera como si pusieran puntillas a la eternidad y que bordan taraceas de frutales con madreperla y marfil. Donde esté un fabuloso bargueño que se quite un mueble clasificador con cestitas de higiénico pvc. ¿Quién puede verdaderamente preferir una estera tapando una ventana antes que unos contundentes cortinajes de terciopelo de seda guarnicionado con bordados de resalte y pasamanerías y sus alzapaños a juego con unas suntuosas cornucopias? ¿Una maldita lámpara de papel japonés antes que una excelsa araña de cristal de La Granja?
No, no y no. Si el horror vacui es un pecado arderé en un infierno de lujuriosas joyas y abigarrados brocados de caprichosos motivos jamás pensados por mente humana.
Nada es menos que poco y poco menos que mucho y yo lo quiero todo.
Menos es menos. Menos es horrible, impensable y angustioso.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La información nos hace libres

Yo no entiendo como de entre toda esa caterva de ministros y ministras a nadie se le ocurre pensar que en una sociedad desarrollada como la nuestra se hace imprescindible un cierto control en el vestir.
No hablo ni de moral ni de ética de la mayor o menor desnudez que nos invade, hablo de una campaña de concienciación del flaco favor que se hacen algunos a si mismos con las prendas que se atreven a lucir en sitios públicos.
El otro día en un establecimiento un caballero de unos cuarenta años pretendía parecer joven y moderno vistiendo como un chico de veinte de cuando él tenía treinta. Se agachó y sus tristísimas bermudas vaqueras dejaron al descubierto unas carnes que daba pudor ver. Completaba su atavío con una visera puesta del revés.
Quien sabe, si nuestro ejemplo sería un hombre totalmente competente en otras áreas de su vida, pero lo que es indudable es que ignoraba lo que su atavío se empeñaba en gritar. Su ropa le insultaba impunemente, sin recibir réplica alguna o ni siquiera disculpa.
Alguien tiene que parar esto. La moda genera muchísimo dinero y alguien debe de evitar que un ser humano se gaste esos recursos en hacerse tanto daño.
No quiero que se entienda que abogo por la uniformidad ni por una legislación que limite la libertad individual, ni siquiera aunque a veces esa libertad pueda causar daños irreparables en los sentimientos estéticos de seres elevados. No propongo la creación de una policía de la moda que rastree las calles en busca de mal vestidos, ni siquiera por un servicio social que ofrezca estilistas de urgencias.
Sólo pido que las instituciones obliguen a los fabricantes a informar a los clientes por escrito de las prendas que adquieren. Que se incluyan con las etiquetas unos prospectos como los que llevan las medicinas que informen de los posibles efectos secundarios de usar esa prenda, contraindicaciones, interacciones. ¿Por qué la legislación considera importante que en la etiqueta nuestro pobre hombre pueda leer que sus pantalones están elaborados con algodón cien por cien y no que ese modelo no es apropiado para mayores de 25, que deben usarse con ropa interior y que llevan caducados diez años?
Una vez leída la etiqueta el ciudadano puede utilizar la prenda si lo desea, pero conociendo sus riesgos. Entonces y sólo entonces podremos llamarlo hortera, porque quizá este hombre sólo fuera un imprudente o un desinformado.
Yo conocí a una dama que después de leer no consumir después de abril de 1997 en una lata de mejillones dijo que amaba el riesgo y fue enterrada dos días después en septiembre del 2008. En el funeral todo el mundo alabó su gran amor por la libertad.

martes, 9 de septiembre de 2008

Contingencia

Increíble, intento hacerme a la idea y no puedo. Esto es un golpe demasiado duro como para poder recuperarse sin pasar por la esteticienta.
Mañana miércoles se acaba el mundo. Por lo visto van a comenzar unos experimentos en Ginebra con un enormísimo armatoste acelerador de partículas que va a producir un punto negro que se lo va a tragar todo. ¿Era un punto o un agujero?
Yo podía aceptar esto del cambio climático. Al fin y al cabo no es ni más ni menos que el cambio de temporada pero a lo grande, además, las cosas si se avisan con antelación no tienen por que suponer más problema que la pura incomodidad de organizarse.
¿Pero esto? ¿Así tan de repente? Nos quedan menos de doce horas para el fin del mundo y nos va a pillar totalmente desprevenidos. Es como si te hubieran invitado a la boda del Príncipe con una antelación de diez minutos. No hay derecho es una falta de consideración total y absoluta.
¿Alguien sabe que es lo más apropiado para un fin del mundo con agujero negro?, porque yo no sé si un traje negro de Armani, que siempre va bien, me va a hacer desaparecer más rápido por aquello del mimetismo. Y tengo clarísimo que por mucho que sea el fin del mundo es septiembre y no voy a ponerme uno claro para destacar que es lo peor que le puede pasar a uno en una crisis. Paño azul marino imposible porque se pegan todas las pelusas y gris marengo es tan de diputado… Necesito hablar con Alfonso Usía inmediatamente, no creo que haya otra posibilidad de salir bien parado.

martes, 2 de septiembre de 2008

De maridos y teléfonos.

No podía dejar de comentar aquella frase escuchada en un café a una atribulada señorita: una no conoce a un hombre hasta que no se divorcia de él.
Por supuesto teníamos que mencionar esa horrenda separación de aquella incauta esposa amiga nuestra, que creyendo en la palabra del marido terminó por descubrir que era una animación de un juego virtual de un gusto pésimo.
Alguien me dijo esta tarde, que si algún día se me ocurría hacer algo parecido, induciría a error al contrincante, dejando abierta la posibilidad de que nuestros encuentros se hubieran prolongado mucho más de lo que yo habría jurado y perjurado. Me pareció una idea odiosa, de lo cual deduje que era buena.
Desde luego el divorcio es una gran incomodidad, aunque sólo sea por la mudanza que suele entrañar, por la cantidad de tiempo que uno emplea en lamentarse por los años perdidos y porque descubres que muchas de tus cosas no te pertenecen.
Yo después de haberme divorciado dos veces he decidido darle la razón a mi madre cuando dice que una mala paz es mejor que una buena guerra. Cambiar de pareja me da tanta pereza como cambiar de modelo de teléfono móvil, tener que leerme otra vez el manual, no entender el menú, no saber cómo se desactiva el método predictivo… todo incomodidades. Una vez superadas sigues haciendo lo mismo que con el modelo anterior, la tecnología avanza más rápido que la creación de nuevas necesidades.
Lo único bueno de un divorcio es que tiene un efecto rejuvenecedor mucho más notable que un lifting. Esta amiga luce con la misma intensidad que hace diez años. Es muy desgraciada, eso si, pero me está haciendo plantearme mi felicidad conyugal, ahora parezco su padre.

martes, 26 de agosto de 2008

Delgadísimas

Tim Burton está de moda chicas. Desde el éxito de Pesadilla antes de Navidad y La Novia Cadáver las pasarelas nos proponen un look que hace furor. Ahora todo lo que se aparte de tener un aspecto de enferma terminal se debería considerar estar gordísima, osea, estar socialmente muerta. He leído una entrevista a Karl Frankenstain, presidente de la Asociación de la Morgue Internacional y creador de la línea Un Paso Más Allá, que tanto éxito está teniendo. K.F, dice que la mujer de hoy es mucho más delgada que la de ayer, pero mucho menos que la de mañana. Para ajustarse a los nuevos cánones de belleza, además de ser imprescindible enseñar el cráneo através de la piel y de llevarse la transparencia de la caja torácica no está nada mal poder mostrar tus articulaciones, eso si, siempre y cuando sean tan endebles como para dar la impresión de estar a punto de quebrarse. No descuidemos los complementos: no serás una mujer completa si no llevas la silicona suficiente como para impermeabilizar una piscina olímpica. Allí donde nuestro amado polímero pueda sostenerse debemos aplicarlo con abundancia. No nos olvidemos de esos fantásticos tacones de vértigo que además de ayudarte a caminar como si fueras coja te harán lucir unos deliciosos juanetes y terminarán por causarte una cifosis: el efecto de llevar una mochila incorporada es lo más cool. ESte año Tanatorio Cibeles nos ha mostrado unos maquillajes que resaltan tus ojos saltones por el hambre y la avitaminosis y mucho, muchísimo gloss que dé el brillo a tus labios de haber vomitado copiosamente hace tan solo unos instantes. Adiós a las uñas postizas, a partir de ahora os crecerán solas. Chicas, toca ponerse Divinas de la Muerte. El sudario que todo lo cubre ya no se lleva. Enseñad vuestros huesos y no olvideis que la cocaína además de ser muy glamourosa adelgaza, mucho, muchísimo y de una forma con la cual ya nunca volvereis a recuperar esos molestos kilos.

domingo, 24 de agosto de 2008

Neoviejista convencido.

Supongo que el neoviejismo es un efecto secundario de la neomarujidad. El otro día me explicaron con todo detalle (que no he retenido) el significado de unos collares de cuentas de colores que eran en realidad los santos o los dioses de su propietario, que se ha hecho adepto de una religión afrocubana, que respeto igual de poco que a las otras religiones. Me sorprendí a mí mismo predicando la palabra de Cristo y hablando con un leve temblor en la voz del sufrimiento expiatorio de Nuestro Señor. Pues me miraron rarísimo, hoy en día uno puede ser santero, budista, cienciólogo y hasta judío, pero jamás de los jamases se puede ser católico. Y me da mucha rabia porque puestos a tener que aprender ritos los de nuestra iglesia me parecen mucho más estéticos y nadie me puede decir que un desfile de Hare Krishna, con todo su colorido y sus tintineos se puede comparar con una procesión de Viernes Santo con su Santo Entierro, sus capuchones y banda municipal. Que uno dice que le gusta el cine gore y todo el mundo le reconoce su cierto mérito y yo cuando digo que donde esté unos buenos Salcillos que se quite La matanza de Texas tengo que escuchar cada cosa que no se puedo escribir sin que me recorra un escalofrío de gozo.
No me gusta estar de acuerdo con mi hermana Hildegard porque creo que es empeorar sus males, pero no puedo menos que aplaudirle el valor de presentarse un sábado por la noche en la discoteca Pachá ataviada con mantilla y peineta y decirle al portero que si se puede entrar con rastas, que por lo visto son antenas para captar la energía cósmica que a ella su teja de carey no se la arranca ni Tom Cruise en persona. Y que me la llamen loca a la pobre cuando tenemos que oír a Madonna como si fuera una representante de Avon vendiéndonos la Cábala.
Si, yo también soy neoviejista que no tiene nada que ver con facha ni con la derechota de toda la vida, sostengo los mismos valores pero por distintos motivos.
Si nadie insulta a una mujer que lleva un burka porque es fruto de la sociedad de la que procede por qué le tiraban huevos a mi tía Clara porque vestía de dominica. ¿De dónde procede mi tía Clara? ¿Colloto no es parte de nuestro país y por ello sus gentes parte de nuestra sociedad?
Si la modernidad no va a ser comprensiva con todas las incongruencias que se le pinchen en el moño a uno pues entonces rompemos la baraja.
Y dicho esto me pongo a cantar Stella Maris.

jueves, 21 de agosto de 2008

Infusión de té blanco

El otro día estuve en casa de una conocida que me invitó a tomar una infusión de té blanco con cinamomo y raspadura de naranja agria seca. Por supuesto le pedí un café con hielo, como me he bajado del tren de las tendencias hace unas cuantas paradas me niego a tomar agua caliente con olores extraños.
Mi amiga, sentada en su sofá de Gore-tex blanco hielo me explicaba que se había encontrado a una compañera nuestra de un curso de cirugía cardiovascular para aficionados; la pobrecilla se había casado y se había convertido en una Maruja, con mechas y todo, apostilló horrorizada.
Algo me sonó extraño, es posible que el tintineo del colgante de cristales tallados colgado en la barra de la cortina me hiciera entrar en un trance en el que percibía la realidad de una forma nueva.
Miraba a mi amiga explicotearse meneando la multitud de pulseras de plata, sus soles tatuados, sus pendientes de coco en forma de cuerno de rinoceronte y su pelo negro ala de cuervo. Todo se desvaneció.
F. R. David sonó en el radiocasete mi amiga que ahora llevaba unas hombreras enormes, el pelo cardado y un fantástico pendiente hecho con un disco de muñeca llorona y una caracola pegada en su centro. Su madre entró en la habitación y empezó a cotorrear moviendo las manos de forma hipnótica haciendo sonar las monedas de oro de su pulsera… Comentaba que acababa de encontrarse a Minducha, la vecina del segundo de cuando vivían en la otra casa, que estaba avejentadísima, cosa increíble porque tenían la misma edad así que lo que la hacía parecer de los tiempos de su madre debía de ser el luto y el pelo en un moño de castañeta.
Miré a mi alrededor y descubrí que donde la madre tenía una capillita con la Virgen de Lourdes mi amiga había puesto un jardín Zen, una bandeja de madera con arena y un rastrillito. La bailarina de Lladró había dado paso a una marioneta persa, la imitación de piel del sofá, que tan fácilmente se limpiaba, había sido sustituida por una imitación de terciopelo “easy clean”. El sentido práctico de los antiguos tiempos modernos se había reconducido gracias al Feng Shui para seguir siendo exactamente lo mismo pero con el inconfundible estilo de la semana de algo del Corte Inglés.
Zen, el gato siamés de mi amiga me saltó al regazo disipando mi ensoñación. Dejó de sonar Words don´t come easy y el radiocasete de doble pletina volvió a ser un brillante Ipod conectado a unos impensables altavoces que ululaban algo arabeizante filtrado por ese soniquete espiritual del Chill out.
La nueva revelación estaba allí, sentada conmigo en el pulquérrimo sofá, se llamaba Lourdes y era el paradigma perfecto de la Neomaruja.

jueves, 14 de agosto de 2008

El nuevo negro

El azul era el nuevo negro para la temporada de primavera verano. Lo dijeron las pasarelas de New York y aquí paz y después gloria. Que digo yo, que bien podrían publicar el listado del resto de los cambios para que sepamos qué ponernos cuando queramos vestirnos del nuevo rojo y tener muchísimo cuidado con la equivalencia del nuevo amarillo, porque siempre cabe la posibilidad de estar disfrazado de nueva bandera y no darse cuenta. ¿O será que también las nuevas combinaciones vienen cifradas por los grandes críticos de moda?
Pero el problema no queda aquí porque resulta ser que para la temporada otoño invierno el nuevo negro es el fucsia con el negro. Si, es cierto, lo dice Elle y de otra cosa no sabrán, pero de moda llevan viviendo un rato. ¿Entonces el nuevo blanco será el blanco con el fucsia o el negro con el blanco?
No sé que ponerme. Tengo un funeral y me asusta muchísimo no acertar con el nuevo luto.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Pasen por aquí, por favor.

Acomódense en esas virtuales y delicadas chaise longues, por favor en esa no, esa magnifica pieza Luisipico tapizada con originales www de lis es la favorita de mi perra y yo de usted no me atrevería a invadir lo que legítimamente le corresponde. ¡Arroba!, ¡a tú cheslón! (la pobre no habla francés). Mejor así.Si, es cierto, quizá la decoración es excesivamente barroca, casi roccocosa, pero tengo la versión lujosa del síndrome de Diógenes y no soy capaz de deshacerme de ninguno de estos inservibles cachivaches por los que hay gente que pagaría ingentes fortunas. La sencillez es uno de los pocos pecados que no he cometido.El efebo disecado es un regalo de una vieja amiga, a la que aprecio absolutamente nada y a la que tendré la tendré el buen gusto de presentarles lo más tarde posible. Si les molesta puedo retirarlo, no quisiera ofenderles con mis extravagancias.Pues bienvenidos a esta humilde casa mía que ahora es suya también y...¡Dios mío! ¡Arroba! ¿Qué has hecho? ¿Qué es esto? ¡Cochina! ¡Sucia!Perdonen, los animales ya se sabe...¡Hildegart, por Dios, ven a ver donde estaba tu anillo de brillantes!.Ahora vuelvo.

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